No hay una receta secreta para la felicidad y la satisfacción.
Las personas que se mueven por la vida con alegría no han sido necesariamente bendecidas con vidas de abundancia, amor, éxito y prosperidad.
Sin embargo, estas personas tienen la capacidad de tomar las circunstancias que les ha tocado vivir y convertirlas en algo grande, o a lo mejor no, pero sino se convierten en algo grande tampoco es una catástrofe, (no necesariamente el concepto de éxito es el mismo para todos, y además el éxito en si no entiendo que sea un objetivo en si mismo).
Nuestras realidades individuales están coloreadas por la percepción: el deleite y la desesperación provienen del interior más que del exterior. Las situaciones que consideramos fortuitas nos complacen, mientras que las situaciones que juzgamos poco propicias nos causan un sinfín de penas. Sin embargo, si somos capaces de ver todo lo que hemos logrado sin detenernos en nuestra percepción de la desgracia y hacer nuestra cada nueva circunstancia, el mundo en su conjunto se convierte en un lugar más brillante. Un simple cambio de actitud puede ayudarnos a reconocer y desenterrar el potencial oculto de realización personal y del mundo exterior en cada acontecimiento, cada relación, cada deber y cada contratiempo.
La vida no es ni más ni menos que lo que tú haces de ella y en ella.
El universo es a menudo un lugar impredecible y caótico, y la tendencia humana es centrarse en lo negativo. Si vemos las noticias creemos que mañana podría llegar el fin del mundo, pero la vida no es ni más ni menos que lo que tú haces de ella y en ella.
He aprendido que en África las personas que no tienen cosas materiales en general aman la vida sin importar lo que se cruce en su camino, y crean una atmósfera de alegría que es maravillosamente contagiosa.
Otro aspecto que me llamó mucho la atención es el del tiempo, muchas personas no saben cuando nacieron, no saben los años que tienen, nosotros hemos hecho del control del tiempo todo un signo de éxito, todo lo medimos con el tiempo, todo. El control del tiempo, lo que se retrase, lo que se adelante, nada dejamos a la improvisación, lo que va a ocurrir, lo que voy a comer, lo que voy a ganar, todo es control. Pero estos dos últimos años nos ha enseñado, y nos sigue enseñando que todo es mas impredecible de lo que creemos, nos angustiamos porque nuestros planes se caen, nuestras frustraciones son debidas a nuestra forma de vivir y de sentir.
Un cambio de perspectiva es todo lo que se necesita para cambiar nuestro mundo.
Nos hemos vuelto muy exigentes en este primer mundo, es el mundo de la inmediatez, darle a un botón y si no responde ya todo es una catástrofe por poner un ejemplo.
No basta con tomar la decisión consciente de ser feliz en esta sociedad donde medidos la felicidad con objetivos materiales cumplidos. Debemos aprender a observar las complejidades de la vida con los ojos de un niño que lo ve todo por primera vez. Estas miradas, estos ojos en África me han fascinado. Estas miradas están llenas de presencia, de atención, los cuerpos emanan repito presencia, la propia naturaleza esta dentro de ellos.
Además, debemos desprendernos de las nociones preconcebidas de lo que es bueno y lo que es malo para poder apreciar las ricas percepciones que se esconden en cada etapa del viaje de la vida.
Y si puedes disfrutar mucho mejor 🙂
NOTA:
PARA AQUELLOS QUE QUIERAN VENIR en diciembre de 2023 volveré a Ghana. La idea es hacer un viaje turístico y complementaremos ayudando en una ONG y compartiremos tiempo e intercambiaremos con fisioterapeutas de allí. Me voy a llevar a un grupo pequeño¡! Nada de multitudes, disfrutaremos del tiempo y de la gente.