Estrés, estrés y estrés, parece que sea la palabra de moda y que ya tenemos un culpable para todo lo que nos ocurre, yo me quede con la canción de Michael Jackson de echarle la culpa al boogie, pero eso es otra historia, ja, ja.
El estrés forma parte de la vida de todo el mundo
y cuando se presenta en ráfagas cortas, no es necesariamente malo.
Nuestra respuesta natural de «lucha o huida» puede ayudarnos a movilizar nuestros recursos para afrontar un reto. Pero cuando el estrés persiste (estrés crónico), puede provocar problemas de salud mental y física. De hecho, las pruebas de hace tiempo de múltiples áreas de investigación demuestran que el estrés crónico actúa como una toxina, impregnando nuestros órganos y células y desencadenando una cascada negativa en nuestras hormonas, sueño, músculos, metabolismo, sistema inmunitario y respuestas inflamatorias. Y la inflamación sistémica crónica está surgiendo como un factor clave que subyace a más de la mitad de todas las muertes por enfermedades crónicas, incluyendo enfermedades del corazón, cáncer, diabetes, enfermedad renal crónica e hígado graso no alcohólico.
No existe ningún medicamento para curar el estrés. Pero sí tenemos acceso a un «botón de reinicio del estrés» que nuestra propia biología posee. Se llama respuesta de relajación. A diferencia de la respuesta al estrés, la respuesta a la relajación ralentiza el ritmo cardíaco, reduce la presión arterial y disminuye el consumo de oxígeno y los niveles de hormonas del estrés. La relajación no es un estado pasivo, que te abandonas y ya está, es posible porque puedes tomar la decisión de salirte de ese circuito de estrés.
Todo el mundo experimenta estrés, generalmente es una respuesta a una causa externa, como hacer un examen importante o discutir con un amigo, y desaparece una vez resuelta la situación.
Puede ser positivo o negativo. Por ejemplo, puede inspirarte a cumplir un plazo, o puede hacerte perder el sueño.
Pero hay veces que el estrés puede resultar abrumador, entonces se puede correr el riesgo de padecer un trastorno de ansiedad, aquí si empieza el verdadero problema si sientes que no puedes controlar el estrés y si los síntomas de tu estrés interfieren en tu vida cotidiana. El estrés puede empeorar el asma y se ha relacionado con la depresión, la ansiedad y otras enfermedades mentales.
Y la ansiedad?
A diferencia del estrés, la ANSIEDAD generalmente es un estado interno, es decir, es tu reacción al estrés.
Suele implicar una sensación persistente de aprensión o temor que no desaparece y que interfiere en tu forma de vivir. Es constante, aunque no haya una amenaza inmediata. Vamos que ves tigres y quieres cazarlos, aunque no los haya y tareas como ir al supermercado, sumando el recoger a los niños o terminar una tarea en el trabajo se convierten en una verdadera amenaza.
Se suelen confundir ambos términos, o se utilizan como sinónimos, básicamente porque las respuestas físicas, emocionales y conductuales suelen ser parecidas, sin embargo, el estrés se refiere a un proceso de adaptación al medio mientras que la ansiedad es una reacción emocional de alerta general, porque pensamos que estamos en peligro, que algo nos amenaza.
Como la energía de adaptación es limitada, si el estrés continúa o adquiere más intensidad, pueden llegar a superarse las capacidades de resistencia, y el organismo entra en una fase de agotamiento, con aparición de alteraciones psicosomáticas.
Tanto el estrés como la ansiedad pueden afectar a tu mente y a tu cuerpo. Puede experimentar síntomas que nos parecen como de lo más normales y que se han instaurado en nuestra vida diaria como
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- Preocupación excesiva
- Inquietud
- Tensión
- Dolores de cabeza o corporales (esas contracturas que no te las quita nadie…)
- Presión arterial alta
- Pérdida de sueño
- Perdida o aumento de peso
- Irritabilidad continua.
Si esa ansiedad no desaparece y empieza a interferir en tu vida, va a afectar a tu salud SI o SI.
El tratamiento
Abordar el estrés no es sólo para sentirse mejor; se trata fundamentalmente de promover la salud.Todos podemos beneficiarnos de aprender métodos para mitigar el estrés que tienen efectos beneficiosos bien documentados sobre la inflamación, el estrés oxidativo, las hormonas del estrés, la presión arterial, el azúcar en sangre y el sueño. Algunas de estas herramientas, como la respiración profunda y las técnicas de relajación, son fáciles de aprender y pueden ayudar a «resetear el estrés», en cualquier momento y lugar. Pero, si hay uno, y es que requieren constancia y eso es a lo que no estamos dispuestos, además requiere saber que causa o desencadena tu estrés, cada uno lo vivimos de una manera y tenemos que conocerlos.
El trabajo de Inteligencia Corporal sustenta que te descubras, que te conozcas para así poder resetear rápidamente la respuesta continua que está alterando tu sistema nervioso y de manera reflexiva generar conciencia para poder elegir y saber lo que funciona para ti.
Pregunta que no suele gustar: ¿estás dispuesto a modificar o cambiar hábitos o implementar cosas nuevas en tu vida? Si si, para cambiar hábitos has de experimentar cosas nuevas.
Normalmente lo que te propongo es tan sencillo que crees que no te va a ayudar, esperabas algo más sofisticado, más caro, más de moda, pues es supersofisticado-económico y nunca ha pasado de moda
Cuando estamos estresados, nos resulta difícil conectar con la vida y decimos:
¡TODO ESTO ES UNA ESTUPIDEZ!
¡NO ES IMPORTANTE! ¡NO ME AYUDARÁ!
¡ESTOY DEMASIADO OCUPADO!
¡NO TIENE SENTIDO!
¡ES UNA PÉRDIDA DE TIEMPO!
¡SOY INCAPAZ DE HACERLO!
Vale ya lo has dicho
Ahora es el momento de resetear. Lee en voz alta despacio este extracto de una poesía de Fernando Pessoa
«Nuestras sensaciones pasan, ¿cómo poseerlas pues? ¿Posee alguien un río que corre, pertenece a alguien el viento que pasa?»
Sólo la sensación puede decir: tengo un cuerpo.
Siente tu respiración varias veces, quizás ahora puedas elegir y no estar tan reactivo. Confía.
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