Me confieso, estoy enganchada , mas de lo que creía , hasta tal punto que el otro día caminando por la calle me resbale y si hubiera dejado que el móvil se cayera al suelo sin mas mi cuerpo en el aire hubiese reaccionado de otra manera, es decir mis manos se hubieran extendido y posiblemente no me hubiera dado el morrazo que me di literalmente, pero no fue así sujete mi móvil para que no se cayera como si fuera un bebe y yo pague las consecuencias. Ahora pues ¿que hago sigo así? O me planteo algunas cositas, mi conciencia ( bienvenida , sabes que sin ti no soy nada)me dice que caminar por la calle esta llena de obstáculos y de gente, por supuesto, que tienes que estar atento, hasta aquí es obvio. Nuestra gran base de datos y entretenimiento nos aísla de nuestro entorno de tal manera que pensamos que estamos solos en cualquier lugar y que son los demás los que han de estar atentos a nuestra presencia, incluso los objetos farolas, bancos, las alcantarillas apartaros del camino que pasa Bibiana.
Mi conciencia me avisa que no soy capaz de dejarme el móvil en casa y tengo un deseo irrefrenable de volver a por él, así que vuelvo. Que si me quedo sin batería una tarde tengo la sensación de estar ilocalizable. Me dice que cuando salgo del cine o del teatro en alguna ocasión no aguanto hasta la puerta de la calle sin revisar mis llamadas o mensajes perdidos. No soy de las que revisa el teléfono por las noches ,menos mal , pero no es suficiente y no lo tengo conmigo cuando estoy trabajando, siempre lo tengo en silencio, creyendo que es mejor pero tengo que interaccionar para ver si alguien me ha llamado.
Esos impulsos de ver , leer y contestar nos desconectan de nosotros mismos y de la posibilidad de relajar la mente y el cuerpo , entramos en una espiral de pensamiento –acción – reacción y no podemos descansar , las señales de alerta que mandamos a nuestro organismo de manera inconsciente son las mismas que las que se generan ante una situación de stress. Cuando los impulsos son continuos , incluso si el leer los mensajes nos produce un alivio,cada buzz del móvil provoca una pequeña descarga de dopamina y adrenalina en nosotros que si se suceden con suficiente frecuencia acaban por tornarnos dependiente de ellas y nuestros sistemas nerviosos simpático y parasimpático no se equilibran y permanecemos en estado de alerta.
En el aeropuerto de Londres el cual he transitado a menudo este año se podría filmar un documental sobre la relación de las personas y su móvil, el estado de pánico que se aprecia en algunas caras cuando la batería se acaba es todo un espectáculo, en ese momento creo que si le das tu batería podrías hacer el negocio de tu vida.
Solo unas líneas que me he hecho para reflexionar:
• Apaga tu móvil por la noche
• Apaga tu móvil cunado estés en alguna tarea importante que no quieras distracciones
• Párate en la calle cuando quieras leer mensajes o hablar ( te darás cuenta que el tiempo es mas valioso que la mayoría de mensajes o cosas que lees)
• Si se acaba la batería recuerda que el mundo seguirá funcionando y siempre te quedara la ilusión que un super héroe venga a por ti si crees que te has quedado incomunicado.
• No camines leyendo mensajes
• Si dedicas a ti el tiempo que le dedicas a tu móvil, con algunos ejercicios de las propuestas de Inteligencia Corporal la mayoría de problemas musculo esqueléticos te desaparecerían.
• ¿Cuales son mis prioridades hoy? Y ahora .
• El móvil es una herramienta , no es el problema, todo depende del uso que le des.
Hay mucho mas que decir pero no le voy a dedicar ni un minuto mas a mi móvil.
Que tengas un buen día
Hasta el siguiente post
Un abrazo
Bibiana