CUANDO EL CUERPO DICE NO
EL ESTRÉS OCULTO y LA ENFERMEDAD
Tras mas 30 años de practica profesional no podría entender la enfermedad sin el contexto en el que vive un individuo; las personas somos seres interdependientes de nuestro entorno, de la naturaleza donde vivimos y de con quién nos relacionamos. Los últimos pacientes (relativamente jóvenes, es mas , cada vez son mas jóvenes los que vienen a nuestros programas de burnt-out) con las que he trabajado este año tenían síntomas comunes: dolor intenso de espalda y cuello, dolor general en el cuerpo, ansiedad y angustia, dificultad para conciliar el sueño, problemas digestivos, por supuesto falta de motivación, vitalidad y alegría, dependientes de psico-fármacos, opiáceos y muchos otros fármacos. Una vez metidos en este bucle es difícil salir. Queriendo solucionar los problemas damos a cada especialista médico un síntoma para que lo trate, a mi me suele tocar el dolor de espalda, de cuello, pero el resto de síntomas están diciéndonos también lo que esta pasando, no aparecen aisladamente, están gritando desde distintos lugares que algo no anda bien.
¿Cuál era su diagnostico?. En mi humilde opinión tenían una inmensa ansiedad, un stress que no les dejaba vivir. El cuerpo estaba diciendo NO ¿Qué hacemos con esto?, ¿cómo llega uno a esto?, ¿cómo tratarlo?, ¿cómo se debilita el sistema inmunológico de una persona tras este largo padecimiento de síntomas?, algunos hace tiempo que entendimos que esto solo se puede tratar con una visión multidisciplinar y si me permiten dando mucho amor, haciendo que el paciente vuelva a confiar, se emocione y sienta su vitalidad para poder participar en su propio proceso e intuición para salir adelante. Nuestra propia percepción cambia la respuesta que damos a los problemas e incluso a la forma de abordarlos.
Las personas a lo largo de la historia y de forma intuitiva han entendido que la relación cuerpo mente es inseparable. El dualismo- partir en dos lo que es uno- tiñe todas nuestras creencias sobre la salud y la enfermedad. Tratamos de entender el cuerpo aislado de la mente. Nos empeñamos en describir a los seres humanos-sanos o no-, como si funcionáramos de manera aislada del ambiente en que nos desarrollamos, vivimos, trabajamos, jugamos, amamos y morimos. Estos son los prejuicios inherentes, ocultos, de la ortodoxia médica de la que la mayoría de los médicos se empapan durante su formación, y luego llevan a su practica. A diferencia de muchas otras disciplinas, la medicina todavía tiene que aprender una lección importante de la teoría de la relatividad de Einstein: que la posición del observador influirá en el fenómeno observado y afectará en los resultados de la observación. Los supuestos no examinados del científico determinan y a la vez limitan lo que él o ella descubrirán, como ha señalado el pionero investigador en estrés Hans Selye: «La mayoría de las personas no se dan cuenta hasta qué punto el espíritu de la investigación científica y las lecciones que ella nos enseña dependen de los puntos de vista personales de los descubridores,» escribió en » The Stress of Life» (versión en español: La tensión en la vida). «En una época tan dependiente de la ciencia y de los científicos, este punto fundamental merece una atención especial.» En esta evaluación honesta y auto reveladora, Selye, como médico, expresa una verdad que, incluso ahora, un cuarto de siglo más tarde, muy pocas personas comprenden.
Cuanto mas se especializan los profesionales, cuanto mas saben sobre una parte o un órgano del cuerpo, menos tienden a entender al ser humano que hay detrás de ese órgano.
Nadie niega los enormes beneficios que se han sido obtenido para la humanidad a través de la aplicación escrupulosa de los métodos científicos. Pero no toda la información esencial puede ser confirmada en el laboratorio o a través del análisis estadístico moderno. No todos los aspectos de la enfermedad pueden reducirse a hechos verificables por estudios de doble ciego y por las técnicas científicas más estrictas. «La medicina nos dice tanto sobre el rendimiento significativo de la curación, el sufrimiento y la muerte como el análisis químico nos dice sobre el valor estético de la cerámica», escribió Ivan Illichen «Límits of Medicine”. En efecto, nos limitamos a un ámbito estrecho si excluimos del conocimiento aceptado las contribuciones de la experiencia humana y la intuición.
He trabajo con aproximadamente 2000 personas con diferentes tipos de enfermedades reumáticas, principalmente artritis reumatoide, al preguntarles como comenzó y si recuerda algún episodio traumático o impacto emocional en sus vidas, una amplia mayoría recordaban algún evento. En el año 1892 el médico canadiense William Osler publicó que la Artritis Reumatoide estaba relacionada con el estrés. Hoy en día la Reumatología ignora por completo esta relación, perdemos la sabiduría de nuestros predecesores.
Como ha señalado el psicólogo estadounidense Ross Buck, hasta el advenimiento de la tecnología médica moderna y la farmacología científica, tradicionalmente los médicos dependían del efecto «placebo». Tenían que suscitar en cada paciente la confianza en su propia capacidad interna para sanar. Para ser eficaz, un médico debía escuchar al paciente, desarrollar una relación con él, y también confiar en sus propias intuiciones. Esas son las cualidades que los médicos parecen haber perdido al depender casi exclusivamente de las mediciones «objetivas», de los métodos de diagnóstico basados en la tecnología y de las curas «científicas».
Noel Hershfield, profesor clínico de medicina en la Universidad de Calgary dice: «La nueva disciplina de la psico-neuro-inmunología ha madurado hasta el punto en el que hay pruebas convincentes, anticipadas por científicos de muchos campos, de que existe una íntima relación entre el cerebro y el sistema inmune. La estructura emocional del individuo, y la respuesta al estrés continuo puede de hecho ser el causante de muchas de las enfermedades que trata la medicina, pero cuyo origen aún es desconocido, como la esclerodermia, la gran mayoría de las enfermedades reumáticas, los trastornos inflamatorios intestinales, la diabetes, la esclerosis múltiple, y otras muchas enfermedades que están representadas en cada sub-especialidad médica.»
La psiconeuroinmunología es la ciencia de las interacciones entre la mente y el cuerpo, la indisoluble unidad entre las emociones y la fisiología, en el desarrollo humano y a lo largo de la vida, en la salud y la enfermedad. Esta disciplina estudia las formas en que la psique, la mente y su contenido emocional, interactúan profundamente con el sistema nervioso y como ambos, a su vez, forman un vínculo esencial con nuestras defensas inmunológicas. Algunos han llamado a esta nueva ciencia psico-neuro-immuno-endocrinología para indicar que el aparato hormonal es también una parte del sistema de repuesta global del cuerpo. Las nuevas investigaciones están descubriendo cómo estas relaciones funcionan hasta a un nivel celular. Estamos descubriendo las bases científicas de lo que hemos conocido antes y que hemos olvidado, para nuestra gran pérdida. A lo largo de los siglos muchos médicos investigaron sobre la relación entre nuestras emociones y en la implicación de estas en la restauración de la salud, todo esto se perdió sin dejar rastro, ¿ por qué?.
Los que llevamos años trabajando y mirando a los ojos a nuestros pacientes, sabemos que la suma de las partes no crea a un ser humano e imagino que por la ley de similitud, tampoco se puede restaurar completamente la salud.
Hasta el siguiente post
Un abrazo
Bibiana Badenes
Nota:
Parte del Texto escrito esta sacado de las lecturas del Dr. Gabor Maté http://drgabormate.comde su libro When the Body Says NO , Editorial Vermilion.